LA TRIBU DE LOS SENOI, MALASIA.
La tribu donde no existe la violencia, la delincuencia ni las enfermedades mentales, donde únicamente reina la paz. También conocidos como "el pueblo del ensueño"
En los años 30, el antropólogo británico Herbert Noone, explorando la isla de Malaca
se encontró con la tribu de los Senoi.
Descubrió en ellos una forma de vida pacifica y feliz. Noone se preguntó que es lo que hacía diferente a esta tribu del resto y encontró el ritual de compartir los sueños
En Malasia se encuentran las junglas más arcaicas del planeta. . Es por ello que conservan las especies animales más antiguas y extrañas, como el célebre lémur volador que data de hace 70 millones de años y existe tan sólo allí. Este corazón verde de la Malasia resulta, empero, impenetrable. No es posible entrar en la espesura de la selva que cubre los dos tercios del país sino remontando los ríos. A menos que se recurra, como hoy en día, al helicóptero.
En la actualidad, los aborígenes se encuentran en las Wild Life Reserves. La más importante es el parque nacional del Taman Negara, a. Los senoi habitan en el macizo montañoso del Gedong Tahan, que es el mayor de Malasia con sus 7.174 pies de altitud. Forman parte de los orang asli -que significa hombres primitivos- rechazados por los conquistadores malayos hacia las selvas. Estos les llaman asimismo sakai, nombre despectivo que en senoi significa esclavo.
El término "senoi" corresponde en realidad a los dos grupos que forman los semai y los temiar de las "selvas de las nubes" ubicadas en el centro montañoso de la península. Más numerosos, los temiar son los más conocidos. Su lengua es Indonesia, pero recibe aportes anamitas.
Son, ante todo, vegetarianos, se alimentan de los frutos que recolectan. A ello debe agregarse un poco de caza practicada por los hombres, con ayuda de cerbatanas de bambú ("wrayi"), así como algo de pesca obtenida por medio de frutos soporíferos.
Su economía principal es la del ladang o roce. Prenden fuego a un jirón de jungla para cultivar en él legumbres, arroz, tapioca o mijo. Al principio el suelo es extraordinariamente fértil. Cuando comienza a agotarse se desplazan un poco más lejos para reiniciar la operación.
Habitan en poblados llamados kampong, formados por casas comunes. Como en toda la Indonesia, están construidas de bambú y roten, y edificadas sobre pilotes para defenderse de las crecidas causadas por los intensos aguaceros. Cada una de estas casas alargadas posee un corredor central y compartimentos para las diversas familias.
Poseen una organización que se basa en familias extensas. Son habitualmente monógamos, pero aceptan igualmente la poligamia y la poliandria.
Dirigidos por chamanes llamados halaaq o tohat.
La fertilidad excepcional del suelo y el hecho de que no haya estación seca ha hecho que los senoi no tengan necesidad de consagrar al trabajo más que dos horas diarias en promedio. Por otra parte, no tardan más de ocho días en construir su casa común, la que dura cinco años. Desconocen, por lo demás, la institución de la guerra. Su solo nombre es temido en toda la península. Carecen, por consiguiente, de ejército.
Todo senoi es un hechicero temible, a la vez que un extraordinario artista creativo. Los senoi hacen decoraciones con objetos de bambú y roten, y cada día inventan nuevos y nuevos cantos, músicas y danzas.
Los Senoi manejan un profundo conocimiento de los sueños, a los cuales atribuyen valores decisivos. Los sueños son los que dictan el momento y el modo de llevar a cabo cada acontecimiento importante de la vida, por eso su interpretación constituye la principal ocupación de la tribu. El resultado, según los estudios llevados a cabo por algunos investigadores, es una sociedad en la que apenas hay agresión y violencia.
Quienes han escrito sobre ellos constantemente insisten en el gran poder personal que manifiestan. Entre ellos no existe la psicosis ni la neurosis. Su personalidad es muy sana: no se advierte ni deseo de posesión ni voluntad de dominación. La cooperación sustituye a la competencia. Psicológicamente, por tanto, señálanse por la integración de su personalidad y por su excepcional madurez emocional. La causa de esto parece residir en una técnica psicológica poco conocida que absorbe la mitad de su tiempo de ocio: la educación de los sueños.
LA EDUCACIÓN DE LOS SUEÑOS
En efecto, tanto su vida personal como su vida social está fundada en la educación de los sueños. Ello comienza desde el despertar: por la mañana, durante el desayuno, cada miembro de la familia cuenta sus sueños. Se discute sobre ellos y los mayores explican a los jóvenes cómo hubiesen debido actuar en sus sueños. Luego los hombres se dirigen a tomar parte en la asamblea del poblado. Allí se discute acerca de los sueños más importantes de cada familia. Los chamanes explican sus símbolos y significado. Es así como el conjunto de los sueños de la noche ha de determinar las actividades del día. Se ha de trabajar, por ejemplo, en la realización de los objetos vistos en sueños: indumentaria, pinturas, canciones, danzas, etc. La vida del poblado, entonces, tiene su centro en los sueños. Así emplearán los ensueños colectivos -ensueño cooperativo: ¿trátase de un sueño vigil?- para educar a los hijos. Más tarde los adolescentes han de conocer el éxtasis hasta que adquieran la condición de curanderos.
Su teoría consiste en que es el hombre quien crea las imágenes del mundo exterior, Algunas no están bien integradas y entran, entonces, en conflicto entre sí o con aquél, trayendo consigo la desorganización mental y social. Ello puede evitarse en virtud de una ayuda social conformada por la educación y la psicoterapia. Durante el sueño el hombre es capaz de ver las imágenes de su espíritu que en el día se disfrazan como percepción. Si uno no llega a dominar a los seres del sueño, éstos desorganizan la personalidad.
LOS PRINCIPIOS Y LAS TÉCNICAS DEL DOMINIO SOBRE LOS SUEÑOS
Cinco principios en la educación de los sueños que practican los senoi.
1.- Enfrentar los peligros y superarlos
He aquí el principio básico del que se desprende todo el resto: nunca aceptar un papel de víctima y menos aún complacerse en él. Los elementos masoquistas de la personalidad encuentran su satisfacción en las múltiples pesadillas que constituyen el destino cotidiano de todos nuestro contemporáneos.
Los senoi, por el contrario, tienen como principio el acometer a toda imagen que lo agreda a uno. Si un niño senoi es perseguido por un tigre o devorado por él, tras contar por la mañana este sueño recibirá la orden de no volver a huir la próxima vez que lo tenga: antes bien, habrá de tornarse contra la bestia feroz enfrentándose a ella. Deberá, en seguida, hacer el intento de domarla o matarla. Si no es capaz de lograrlo por sí solo, pedirá ayuda a sus amigos. Ello dará más fuerza a su actitud cooperativa.
A ello los senoi agregan que matar a un enemigo en sueños equivale a convertirlo en su sirviente o en su aliado El chamán es aquel que en virtud de su dominación y su coraje ha logrado ganar aliados poderosos. En particular, ha de ser capaz de matar en sueños al tigre. El espíritu de éste se convertirá entonces en su aliado, prestándole en lo sucesivo ayuda en sus sueños. Si en otro sueño se ve perseguido por un perro, podrá llamar en su ayuda al espíritu del tigre, azuzándolo contra el perro.
2.- Llegar hasta el fondo de lo placentero
Así como es preciso luchar contar el mal, no hay que quedarse en lo que se ofrece sin más como placentero, sino darle cumplimiento por propia voluntad. Ya sea que se trate de volar por los aires, ya de relajarse, comer, beber, tener un encuentro sexual, amoroso o místico, siempre hace falta cooperar con ello poniendo algo de su parte. Por ejemplo, al volar por los aires no hay que dejarse llevar pasivamente, sino que habrá uno de aprovechar la ocasión para ir a explorar lo que se desea o para ir al encuentro de quien uno quiera. Si tiene, uno alguna relación sexual en sueños, no hay que dejarla inacabada, sino llevarla hasta el orgasmo.
3.- Convertir todo lo negativo en positivo
No hay que intentar soñar lo contrario de lo que se hace presente: hace falta dar rodeos y desviar las cosas para alterar el sentido de lo que se produce. Por ejemplo, un sueño de caída que puede resultar desagradable o pavoroso, habrá de convertirse en un sueño de vuelo por los aires. Hace falta, por tanto, ser constructivo y percibir siempre el aspecto positivo de las cosas. Un llamado inquietante, en sueños, habrá de transformarse en un estímulo. Nunca está todo perdido en los sueños. Aún si en su sueño recibe el soñador la muerte, habrá de servirse de ello para vivir su muerte y darse una reencarnación más favorable, lo que le permitirá organizar la continuación del sueño de forma ventajosa para él . Al vivir, como tantos orientales y sujetos de sociedades tradicionales, en un sistema de dones y recíprocas prestaciones basadas en el don, los senoi aspiran a que todo sueño culmine en la recepción de un obsequio. Para ellos, por consiguiente, lo mejor es obligar al enemigo a que nos ofrezca un regalo. Esto podrá tornarse en la solución de un problema de la vida real: un cuento, un poema, una canción, una idea para un dibujo, etc. Puesto que ha sido creada por nosotros, la imagen hostil de un sueño se revela como una parte constituyente de nosotros mismos. En lugar de destruirla, resulta preferible enfrentarla para neutralizarla y transformarla, convirtiéndola en un bien.
4.- Reparar durante el día los daños y las ofensas ocurridos durante el sueño
Esto corresponde al principio según el cual hay que atribuir al sueño la mayor importancia.
Si alguno de sus amigos ha ejecutado en sueños un acto hostil, el senoi irá a decírselo, o al menos se lo comunicará por intermedio de sus padres, de tal suerte que aquél pueda manifestarle su buena voluntad. Este reparará simbólicamente su agresión mediante algún obsequio y a partir de ese momento se cuidará de guardar distancia durante algún tiempo.
La cooperación llega a tal punto entre los senoi que el no acudir en ayuda, en una ensoñación, equivale a un acto de hostilidad. Ello igualmente ha de ser objeto de reparación durante el día, anulando a través de un obsequio simbólico el comportamiento de su imagen de sueño y dando seguridades a la víctima de que, tanto en el sueño como en la realidad, se está pronto a acudir en su ayuda.
En sentido contrario, si un soñador ha visto a un miembro del poblado en situación dificultosa, por ejemplo atacado por un tigre, no dejará de ir a advertírselo y recibirá en recompensa un obsequio por su actitud. Los ancianos, con todo, le ordenarán que rehaga ese sueño otra vez, que no se conforme tan sólo con aquella buena voluntad y emprenda la tarea de eliminar al tigre que así amenazara en sueños a alguno de sus parientes. De esta forma, por tanto, aún en sus sueños debe un senoi compartir los beneficios, extrayendo de ello las ventajas que corresponden a la comunidad.
Por consiguiente, así como el mal sueño ha de ser objeto de reparación en la realidad diurna, también ha de poder servir un sueño para enmendar una falta cometida durante el día.
Descubrimos aquí un mecanismo psicosocial muy complejo. Lo más íntimo y secreto de todo individuo reside en sus sueños. De ello ha de hacer don entregándolo a su familia y a su comunidad. No es posible compartir nada más personal. Pero, de modo inverso, la aceptación social de los sueños de un individuo constituye su más profunda incorporación posible como miembro de la comunidad. A través del sueño el sistema social de los senoi desarrolla la cooperación y la buena voluntad. Lo puede hacer porque acepta y favorece la máxima libertad de expresión de todos. Si los senoi pueden parecernos inferiores por sus maquinarias y armamentos, nos superan con mucho por sus técnicas psicológicas de expresión y de inserción social, que resulta mucho más evolucionadas que las nuestras.
5.- Encontrar consejeros y guías en los sueños
Encontrar un guía. En sus sueños los senoi entran en contacto con los espíritus de las cosas, los que corresponden a aquello que se denomina genios de la naturaleza (el espíritu de las fuentes, de los árboles, de las tocas, de las especies vegetales y animales...).
los Senoi sostienen que cada persona puede y debe llegar a ser su mismo maestro en el mundo espiritual o universo de sus sueños. También enfatizan que deben mantener un buen trato con sus semejantes y así poder tener buenos tratos y ayudas en el mundo Onírico o mundo de los sueños.