viernes, 26 de abril de 2013

LOBOS Y LOBAS. ARQUETIPOS SALVAJES Y PERSEGUIDOS


La obra "Las mujeres que corren con los lobos" de la Dra Junguiana Clarissa Pinkola Estés, nos ha permitido conocer el arquetipo de la mujer ancestral, de la mujer instintiva a través de la loba.

En el cuento de la huesera, la vieja se dedica a recoger los huesos de los lobos y cuando los tiene todos, reconstruye el esqueleto del animal. Entonces entonará una canción, una para cada esqueleto, que le devolverá la vida a la bestia recubriéndola de nuevo de carne y piel.  Entonces brincará una loba, y ese loba encarnará a una mujer, a una mujer loba, una mujer salvaje. Desde el hueso, desde lo más intimo e imperecedero, la mujer se reconstruye, para vivir al ritmo de sus gruñidos. Este es el camino de retorno a lo salvaje, desde los huesos y arrullándolos.

La naturaleza instintiva de la mujer está ligada a los procesos de vida-muerte-vida, alumbrando la vida, acompañando a la muerte y ayudando que desde lo inerte surja lo vivo de nuevo. Los ciclos naturales marcan un compás inevitable, y la naturaleza instintiva de la mujer sabe escucharlos, baila con ellos.

Pero ¿cómo son los lobos?, ¿cuál es la naturaleza instintiva del hombre? ¿cuáles son sus huesos, aquello indestructible en su alma? ¿Cómo es el arquetipo del hombre salvaje e instintivo?

Los cuentos tradicionales nos han dejado al Hombre-lobo, al licántropo. Aquél que aúlla a la luna nueva, y sufre una tremenda metamorfosis desde su interior. Entonces es cuando aparece su naturaleza salvaje, que tradicionalmente ha sido considerada agresiva e incluso asesina. Sin embargo el hombre lobo agudiza sus sentidos, posee una fuerza extraordinaria, es emocional, es un fogoso amante, ama incondicionalmente para toda la vida, y defiende celosamente aquellos a quienes quiere.

Lobos y lobas son los animales que representan tradicionalmente la naturaleza instintiva de hombres y mujeres. Ambos escuchan sus sentidos y son seres emocionales e intuitivos. Y en ambos se da el principio de la creación: en la mujer desde el conocimiento de los ciclos naturales, acompañándolos y favoreciéndolos, y en el hombre desde el deseo y desde el vigor y la transformación en contacto con lo sensorial y lo emocional. En ambos el principio de la creación se da un círculo eterno entre la vida y la muerte, representando uno y otra lo activo y lo pasivo respectivamente, en perfecta complementariedad.

Culturalmente la naturaleza instintiva ha sido desplazada por la razón. Mujeres y hombres lobo han sido perseguidos y anulados. Y así hemos perdido la sabiduría instintiva… la escucha de nuestros ciclos naturales y de nuestros deseos auténticos.

¡Rescatemos nuestros lobos y lobas!

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