A lo largo de la historia, son muchos los artistas que se han realizado autorretratos. Aunque la intención y el significado que se le ha dado al autorretrato ha ido cambiando con la época, y así nos podemos encontrar con obras en las que el autorretrato tenía un finalidad de exvoto religioso o la intención de dignificar el oficio no valorado de pintor al llevarlo a la inmortalidad de la pintura, en general lo que podemos decir es que el autorretrato moderno es un ejercicio acerca de la propia identidad.
En el autorretrato volcamos cómo nos representamos y nos vemos a nosotros mismos, nuestro estado de ánimo, la forma en que leemos la vida. Los pequeños detalles de pronto se hacen significativos y expresivos de nuestro mundo interno...y mostramos al mundo cómo nos vemos, para que nos vean tal y como nos vemos. Mirarnos para mostrarnos y ser vistos tal y como nos representamos.
El autorretrato es por lo tanto un ejercicio de sinceridad y honestidad con nosotros mismos, y mostrarnos así es mostrarnos desnudos, sin las múltiples máscaras que nos ponemos para que nos vean y reconozcan como deseamos ser vistos.
En Gestalt la identidad o personalidad es el resultado de nuestros contactos con el mundo. Este cúmulo de experiencias que tenemos sobre nosotros mismo en relación con el mundo se van integrando en eso que llamamos identidad y es la respuesta a la pregunta ¿quién eres?
La identidad puede ser limitante si nos impide tener nuevos contactos espontáneos con las siguientes situaciones, porque tengamos que ajustarnos y ser fieles a una identidad previa. Cuando funcionamos de esta manera limitante respondemos ante las experiencias nuevas "como si" fuéramos de una manera determinada, y no nos dejamos fluir libre y espontáneamente con la experiencia, con lo que nos esté ocurriendo en ese preciso momento.
Cuando la identidad no limita, es flexible y permite descubrir nuevos aspectos desconocidos de nosotros mismos, entonces la identidad crece y se amplia con esas nuevas facetas que hemos descubierto de nosotros mismos.
Podemos ser tímidos, pero también descubrimos que tenemos una faceta extrovertida y arriesgada.
La identidad entendida así, se convierte en algo dinámico, que crece y se transforma, que se expande y nos sorprende. Y cuanta más capacidad tengamos para poder responder ante las nuevas situaciones de una manera genuina y espontánea, en sintonía con la situación planteada y con la propia de nuestro organismo, gozaremos de mayor salud y bienestar.
En nuestro taller de Autorretrato, hemos querido reformular la pregunta por la identidad por la pregunta ¿quién soy en este momento?. Más allá de cómo nos representamos que somos, hemos explorado cuáles son nuestras sensaciones y emociones en este momento, aquí y ahora, cuál es el asunto que emerge y hacia dónde se dirige.
¿Hay algo nuevo nuevo, con respecto de ayer, en la persona que soy ahora?
¿Hacia dónde se enfoca mi crecimiento aquí y ahora?
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